Ningún otro humano había realizado esta hazaña, que Wallenda completó en unos 30 minutos a pesar del calor, los gases tóxicos y la espesa neblina que emanan del interior del cráter, reduciendo también la visibilidad.
Tras realizar la proeza, el acróbata dijo a la prensa que ha sido la caminata más larga y difícil de su vida y que por momentos las ráfagas de viento amenazaron con desestabilizarlo.
“Estaba preparado, pero los vientos eran impredecibles”, dijo tras completar el reto a los presentadores del programa “Volcano Live con Nik Wallenda”, que transmitió el evento en vivo.
Durante su recorrido utilizó una vara de contrapeso que le fue de gran ayuda ante el fuerte viento reinante. Además, a mitad de travesía se quitó las gafas y la máscara con la que se protegía de los gases que emanaba el volcán Masaya, cuyo cráter, llamado Santiago, tiene un lago de lava activo.
Antes de iniciar su hazaña, Wallenda dijo a los organizadores que un error podría costarle la vida y que consideraba ese cruce como el más peligroso de su existencia. El fuerte viento se añadió al número de complicaciones que presentaba el reto.