Un joven de la ciudad china de Nanning llamado Xiaobin de tan solo 15 años, se desmayó en el interior de su casa frente sus padres, de acuerdo a medios locales, fue un derrame cerebral.
Los médicos comenzaron a realizar las preguntas de protocolo a sus padres cuando ellos describieron lo que hacía diariamente el niño: jugar semanas sin parar hasta 22 horas al día. Además, su alimentación y descanso era nulo.
Los médicos indicaron que propiamente los videojuegos no le provocaron este derrame, sino el estrés desproporcionado al que fue sometido su cuerpo por un periodo tan amplio.
Según lo contó más tarde la televisión china, desde que se impuso la cuarentena Xiaobin se encerraba todo el día en un cuarto con las ventanas tapadas. Le decía a sus padres que estudiaba y que atendía clases en línea, pero en realidad jugaba desde que despertaba hasta que lo vencía el sueño.
“La principal razón para que tuviera patrones irregulares de alimentación y del sueño es porque no estaba en la escuela y porque los padres toleraron demasiado su comportamiento. La falta de nutrición y descanso condujo a una reducción en la cantidad de oxígeno y sangre en su cerebro provocó el derrame cerebral”, indicaron los médicos que tratan al adolescente.
Aunque Xiaobin sobrevivió al derrame cerebral registrado hace ya unas semanas, se dio a conocer que perdió el movimiento y la sensibilidad en buena parte de su brazo izquierdo y ahora mismo acude a rehabilitación.
El diario Daily Mail señala que en China han florecido recientemente los casos de hikikomoris; el término de origen japonés designa a los jóvenes que rechazan los estudios y la interacción social fuera de casa, para concentrar la mayor parte del tiempo en sus cuartos, ya sea jugando videojuegos o recorriendo Internet.
En este caso particular, sin duda influyó negativamente la presión ejercida por la pandemia y el rígido confinamiento.